lunes, 31 de octubre de 2011

RESUMEN

¿Qué es el estrés?
El estrés es la respuesta automática y natural de nuestro cuerpo ante las situaciones que nos resultan amenazadoras o desafiantes. Nuestra vida y nuestro entorno, en constante cambio, nos exigen continuas adaptaciones; por tanto, cierta cantidad de estrés (Activación) es necesaria.
El estrés es un desequilibrio entre las exigencias hechas por el medio y los recursos disponibles por los individuos, generalmente producido por factores psicosociales, que incide en la actualidad sobre todos los seres humanos, los cuales día a día se enfrentan a las crecientes exigencias de una sociedad globalizada y consumista con un marcado determinismo ambiental.
Las causas del estrés laboral, sus efectos y su prevención adopta diferentes formas, no obstante es importante preparar y capacitar a los trabajadores para afrontar todas las fuertes demandas que el ambiente les haga con todos los recursos disponibles y así adaptarse y resolver objetivamente los problemas que día a día se les presentan.
En la investigación se da el desarrollo de un estrés de diversas formas y en diferentes tiempos, se investiga antes, durante y después del momento, comprometiendo la producción, casualmente el más común es el cansancio y la falta de tiempo de descanso; lo que ocasionará el estrés dentro de un ambiente de trabajo en el que faltan otros puntos determinar para ver su influencia en el acto determinativo del estrés.
La satisfacción de un trabajo bien hecho y bien remunerado, influye en la autoestima del trabajador lo que también interviene, no solo factores externos influyen al cansancio sino también internos, entonces por lo tanto se verán los diversos factores acuñados a nuestra realidad en la empresa textil a la que investigamos.
Finalmente podemos concluir que todo aspecto de la vida diaria laboral de un trabajador se puede manipular e ir manejando para una mayor producción en su ambiente, y el aceleramiento de su eficacia en su puesto.
Agentes estresores.
Son aquellos estímulos que producen el estrés. Estos pueden nacer dentro del individuo (endógenos), o bien pueden llegar a nosotros desde el exterior (exógenos)
El estrés es una consecuencia inevitable de la vida y no es algo privativo de los seres humanos, porque los animales también lo tienen, pero no necesariamente es malo.
Ganar la lotería puede producir mucho más stress que no ganarla, pero la diferencia está en la respuesta orgánica que tendremos en un caso y el otro.
Por otro lado, existen muchas personas que rinden mejor ante algo de presión, ya que el estrés puede proporcionar un estado de alerta, anticipacion y excitación.
El tema es cómo lograr el justo equilibrio entre no tener estres y tener demasiado.
El estrés es la respuesta del cuerpo frente a condiciones externas que son percibidas como peligrosas, preocupantes o irritantes. Y nuestra respuesta natural resulta en la modificación del funcionamiento de casi todos los órganos del cuerpo a los efectos de huir o enfrentar dicho peligro.
Aunque en realidad para el cuerpo cualquier CAMBIO en nuestra vida implica estrés.
Cuando nos sentimos frente a un cambio, el cerebro activa la secreción de ciertas hormonas que desatan una reacción en cadena en todo el organismo, y esto no es malo, sino que es la forma en que la naturaleza nos protege preparándonos para reaccionar frente al estresor.
Si la situación se prolonga durante un corto tiempo, el estres y sus cambios concomintantes son algo bueno, pero si se prolonga en el tiempo, puede resultar agotador, provocar úlceras, enfermedades cardiovasculares, migrañas, problemas sexuales, asma, tics nerviosos, calvicie, diabetes, dolores de espalda y hasta modificaciones en el peso de una persona aumentando o quitándole el apetito
Síntomas del estrés
. El estrés puede hacerse presente de muchas formas, alguna de ellas son: Disminución del rendimiento en las actividades comunes, fragilidad emocional, perdida de concentración, molestias gastrointestinales, mareos, vómitos, trastornos del sueño, ulceras, etc.
Tipos de estrés
Con toda esta información acumulada se ha podido determinar que existen diferentes tipos o manifestaciones del estrés.
•Estrés de supervivencia.
•Estrés laboral.
•Estrés químico.
•Estrés por intoxicación.
•Estrés por factores hormonales.
•Estrés por empatía.
Tratamiento para el estrés
Se recomienda el ejercicio físico, la relajación, el apoyo social, la risa, etc. Confrontar el estrés puede significar enfrentar, superar el problema y adoptar medidas para evitar su recurrencia.
Consecuencias del estrés en la memoria
Situaciones emotivas estresantes que conducen a trastorno de estrés postraumático (TEPT) con ansiedad extrema, afectan las memoria explícita e implícita. El trastorno de estrés postraumático genera hipertensión arterial sistémica, polipnea, aumenta la tensión muscular y sensación de miedo. Un trastorno de memoria muy posiblemente debido a situaciones estresantes es el llamado amnesia transitoria global, Es un evento dramático con amnesia anterógrada, que revierte en 24 horas, sin secuelas ni recurrencia
El organismo siempre se encuentra en un estado de estrés mínimo que, ante determinadas situaciones, se incrementa pudiendo producir un efecto beneficioso o negativo, dependiendo de si la reacción del organismo es suficiente para cubrir una determinada demanda o ésta "supera" a la persona. Este nivel de equilibrio dependerá de los factores individuales (disposición biológica y psicológica) de las distintas situaciones y experiencias.
Un determinado grado de estrés estimula el organismo y permite que éste alcance su objetivo, volviendo a la "normalidad" cuando el estímulo ha cesado. Por ejemplo, cuando un atleta intenta conseguir un buen resultado en una competición, está sometido a un estrés que implica un aumento de la actividad muscular (más irrigación, el corazón late más rápido, etc.) lo que le ayudará a alcanzar el éxito y conseguir su objetivo. Una vez finalizadas las pruebas atléticas, se produce un descenso de las constantes y el organismo vuelve a su estado basal.
Cuando se mantiene la presión y se entra en el estado de resistencia, las personas empiezan a tener una sensación de disconfort (tensión muscular, palpitaciones, etc.). Si continúa el estresor, se llega al estado de agotamiento, con posibles alteraciones funcionales y/u orgánicas: son las llamadas "enfermedades de adaptación". Estos síntomas son percibidos como negativos por las personas y producen preocupación, lo que a su vez agrava los síntomas y así puede llegar a crearse un círculo vicioso.

Respuesta fisiológica del estrés
La respuesta fisiológica es la reacción que se produce en el organismo ante los estímulos estresores. Ante una situación de estrés, el organismo tiene una serie de reacciones fisiológicas que suponen la activación del eje hipofisosuprarrenal y del sistema nervioso vegetativo.
El eje hipofisosuprarrenal (HSP) está compuesto por el hipotálamo, que es una estructura nerviosa situada en la base del cerebro que actúa de enlace entre el sistema endocrino y el sistema nervioso, la hipófisis, una glándula situada asimismo en la base del cerebro, y las glándulas suprarrenales, que se encuentran sobre el polo superior de cada uno de los riñones y que están compuestas por la corteza y la médula.
El sistema nervioso vegetativo (SNV) es el conjunto de estructuras nerviosas que se encarga de regular el funcionamiento de los órganos internos y controla algunas de sus funciones de manera involuntaria e inconsciente.
Ambos sistemas producen la liberación de hormonas, sustancias elaboradas en las glándulas que, transportadas a través de la sangre, excitan, inhiben o regulan la actividad de los órganos.

Eje hipofisosuprarrenal
Se activa tanto con las agresiones físicas como con las psíquicas y, al activarse, el hipotálamo segrega la hormona CRF (factor liberador de corticotropina), que actúa sobre la hipófisis y provoca la secreción de la hormona adenocorticotropa (ACTH). Esta secreción incide sobre la corteza de las glándulas suprarrenales, dando lugar a la producción de corticoides que pasan al torrente circulatorio y producen múltiple incidencia orgánica, como se verá más adelante. Los corticoides que se liberan debido a la ACTH son:
Los glucocorticoides: El más importante es el cortisol que facilita la excreción de agua y el mantenimiento de la presión arterial; afecta a los procesos infecciosos y produce una degradación de las proteínas intracelulares. Tiene, asimismo, una acción hiperglucemiante (aumenta la concentración de glucosa en sangre) y se produce una aumento de calcio y de fosfatos liberados por los riñones, y de lípidos.
Los andrógenos: Son las hormonas que estimulan el desarrollo de las características secundarias masculinas y estimulan el aumento tanto de la fuerza como de la masa muscular.
Sistema nervioso vegetativo
Este sistema mantiene la homeostasis del organismo. La activación simpática supone la secreción de catecolaminas, que son:
La adrenalina segregada por parte de la médula suprarrenal, especialmente en casos de estrés psíquico y de ansiedad.
La noradrenalina segregada por las terminaciones nerviosas simpáticas, aumentando su concentración principalmente en el estrés de tipo físico, en situaciones de alto riesgo o de agresividad.
Estas hormonas son las encargadas de poner el cuerpo en estado de alerta preparándolo para luchar o huir. Son las que permiten enlazar el fenómeno del estrés con los fenómenos psicofisiológicos de la emoción. Ambas intervienen en los siguientes procesos:
Dilatación de las pupilas.
Dilatación bronquial.
Movilización de los ácidos grasos, pudiendo dar lugar a un incremento de lípidos en sangre (posible arterioescierosis).
Aumento de la coagulación.
Incremento del rendimiento cardíaco que puede desembocar en una hipertensión arterial.
Vasodilatación muscular y vasoconstricción cutánea.
Reducción de los niveles de estrógenos y testosterona, que son hormonas que estimulan el desarrollo de las características sexuales secundarias masculinas.
Inhibición de la secreción de prolactina, que influye sobre la glándula mamaria.
Incremento de la producción de tiroxina, que favorece el metabolismo energético, la síntesis de proteínas, etc.
Vemos pues que, ante una situación de estrés, existe un compromiso de todo el organismo.

Fases del estrés:
Síndrome general de adaptación
El origen histórico del concepto de estrés parte de las investigaciones que realizó Hans Selye en el año 1936 y que dieron lugar al llamado síndrome general de adaptación.
Ante una situación de amenaza para su equilibrio, el organismo emite una respuesta con el fin de intentar adaptarse. Selye define este fenómeno como el conjunto de reacciones fisiológicas desencadenadas por cualquier exigencia ejercida sobre el organismo, por la incidencia de cualquier agente nocivo llamado estresor. Se puede definir, pues, como la respuesta física y específica del organismo ante cualquier demanda o agresión, ante agresores que pueden ser tanto físicos como psicológicos




En este proceso de adaptación por parte del organismo se distinguen las fases de alarma, de adaptación y de agotamiento.
Fase de alarma
Ante la aparición de un peligro o estresor se produce una reacción de alarma durante la que baja la resistencia por debajo de lo normal. Es muy importante resaltar que todos los procesos que se producen son reacciones encaminadas a preparar el organismo para la acción de afrontar una tarea o esfuerzo (coping).
Esta primera fase supone la activación del eje hipofisosuprarrenal; existe una reacción instantánea y automática que se compone de una serie de síntomas siempre iguales, aunque de mayor a menor intensidad:
Se produce una movilización de las defensas del organismo.
Aumenta la frecuencia cardiaca.
Se contrae el bazo, liberándose gran cantidad de glóbulos rojos.
Se produce una redistribución de la sangre, que abandona los puntos menos importantes, como es la piel (aparición de palidez) y las vísceras intestinales, para acudir a músculos, cerebro y corazón, que son las zonas de acción.
Aumenta la capacidad respiratoria.
Se produce una dilatación de las pupilas.
Aumenta la coagulación de la sangre.
Aumenta el número de linfocitos (células de defensa).

Fase de resistencia o adaptación
En ella el organismo intenta superar, adaptarse o afrontar la presencia de los factores que percibe como una amenaza o del agente nocivo y se producen las siguientes reacciones:

Los niveles de corticoesteroides se normalizan.
Tiene lugar una desaparición de la sintomatología.

Fase de agotamiento
Ocurre cuando la agresión se repite con frecuencia o es de larga duración, y cuando los recursos de la persona para conseguir un nivel de adaptación no son suficientes; se entra en la fase de agotamiento que conlleva lo siguiente:
Se produce una alteración tisular.
Aparece la patología llamada psicosomática.

Consecuencias biológicas del estrés
La respuesta del organismo es diferente según se esté en una fase de tensión inicial -en la que hay una activación general del organismo y en la que las alteraciones que se producen son fácilmente remisibles, si se suprime o mejora la causa- o en una fase de tensión crónica o estrés prolongado, en la que los síntomas se convierten en permanentes y se desencadena la enfermedad. En el cuadro 1 se exponen varios ejemplos de las alteraciones que se producen en algunos parámetros.

Modelo biopsicosocial
Este modelo relaciona una situación determinada y la vivencia de esta situación, con las consecuencias fisiológicas expuestas hasta ahora y nos proporciona una estrategia para localizar factores ambientales estresantes y analizar sus consecuencias en el aspecto individual.
Hemos visto que cualquier situación que reconocemos (proceso cognitivo) da señales de la corteza cerebral al hipotálamo y, vía el sistema nervioso vegetativo (automático), a la médula de las glándulas suprarrenales, que responden liberando adrenalina y noradrenalina, que son las llamadas hormonas del estrés; estas hormonas movilizan nuestro cuerpo y nos hacen luchar o abandonar
Cuando la situación produce sentimientos de distrés o desamparo, el cerebro envía también mensajes al córtex de los suprarrenales, que segrega otra hormona del estrés: el cortisol, que juega un papel importante en el sistema inmunológico. Esto es más complejo e incluye la liberación de ACTH de la glándula pituitaria.
Según la percepción que se tenga de las demandas de trabajo, la respuesta del organismo será diferente; ya Selye distinguía entre reacciones agradables o eutress y desagradables o distress.

Las reacciones fisiológicas dependerán de la percepción que se tenga de las demandas de trabajo, la respuesta del organismo será diferente en cada caso; por ejemplo, las tareas exigentes pero controlables inducirían esfuerzo pero sin distrés. A nivel fisiológico se traduce en un aumento de las catecolaminas y la supresión activa de la secreción de cortisol.
Los estudios actuales se centran en dos dimensiones que son, por un lado, el nivel de actividad o pasividad que implica la tarea, y por otro, la dimensión afectiva según el estado de humor sea positivo o negativo; en cada caso se producen una serie de reacciones cuyo resultado es el afrontamiento (coping) de la situación no deseada o el vencimiento ante la misma.
Los estudios experimentales basados en esta teoría han permitido identificar dos características específicas de los procesos de trabajo, en función de la percepción que se tenga del trabajo o de la actitud ante el mismo: positiva (eutrés) o negativa (distrés) y en relación al contenido de la tarea: actividad o pasividad.
La combinación de ambas variables conduce a la identificación de algunas de las características específicas de los procesos de trabajo que promueven determinadas actitudes y que se relacionan con las respuestas neuroendocrinas

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